Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

lunes, 27 de junio de 2011

Corto sorbo de varios días.

A veces camino desarmada como si fuese, de cerámica, un coche al que tienen que llevar a arreglar para hacerle creer que es de un inmortal cristal. Me despeina el viento los pasos y me arrastran los pies quedando demasiado altas las alcantarillas, repentinamente no veo por exceso de inviernos y siento el ruido a cámara lenta colarse por todos los agujeros con camino a mi viejo corazón.


                                                   Foto: Una calle de la Habana. Abril 2mil8

Otros días me levanto sin mirar el reloj, tropiezo por el pasillo y me río. Desayuno rayos de sol a rápidos sorbos y lentos sabores. Salgo a la calle como si no hubiese nadie y me enamoro de cada sonrisa que sabe a cierta. Suena a música cada paso que doy sin miedo y puedo oler cómo te ríes desde la distancia.

Por eso, quizás, soy de alegría radical y me olvido tan pronto de esos días en los que veo la luz apagada de todas las miradas.

...decaprichosa.

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miércoles, 15 de junio de 2011

En numerosas ocasiones, los seres humanos caemos en la facilidad de derrotarnos de la vida; nos regodeamos en lo impuro, artificial y el carácter efímero de la autenticidad. Desconfiamos o nos decepcionamos de los y las viandantes que viajan en el mundo, esas personas que también caminan por esta tierra de todos y de nadie.
A veces son las malas experiencias, otras porque no nos acompañaron como quisiéramos en este viaje y otras, simplemente, por rodearnos de los suburbios de desechos de los que se compone esta sociedad; reina de la inconsciencia e ignorancia de no saber que hay algo que debiera caracterizarnos desde el minuto uno en que llegamos aquí: la humanidad.
Por suerte, nos acompaña un círculo cambiante de personas que pasean por nuestra espiral y aprendemos de ellas, y aprenden de quiénes somos. Y yo encontré a alguien que me hizo dudar de todo lo que apesta de este mundo.
Encontré a alguien con quién crecí, con quién desde que tengo uso de razón compartí mi vida, y casi sin saber qué era eso iniciamos una juntas, con un manual de instrucciones ausente, y de esa libertad de sentimientos nació nuestra amistad: otra de las cosas que me hacen ser una de las personas más afortunadas de mi mundo.





Fue con ella con quién sin saber qué era la desconfianza aprendí a no desconfiar, sin saber qué era la decepción supe que a nosotras nunca nos llegaría como lo hace con esos álbumes envejecidos por el tiempo, donde el polvo se abraza a la melancolía de otros tiempos que no volverán.
Fue con ella con quien sin saber casi nada...aprendí casi todo.






Diecinueve velas lleva el faro de nuestra amistad y aunque pueda pecar de idealización realmente sé que lo que existe entre nosotras es uno de esos regalos que te hace la vida y que entre estos vaivenes de mentiras que nos mecen cada día, es casi imposible encontrar a alguien como ella. Mi luciernaguita.





Ellosloexplicanmejorqueyo...




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lunes, 13 de junio de 2011

La  frase que ocupa esta fotografía y yo nos encontramos hace a penas unos días en una calle de Murcia, la fotografié porque pertenece a una de mis películas favoritas: Tu vida en 65 minutos y me alegró ver que a alguien también le llego dentro la historia de esta película. Hoy yo soy la pared y me sirvo de esta foto que acompaña a mis palabras.

Siempre fueron pocas todas las palabras cuando intento sacar por la boca lo que guardo bajo las alas; se convierte todo en una superficie tapiada y envenenada por el color petroleo del miedo.
Enmudezco, naufraga de mi propia tempestad en la que nunca pude, para combatirla, bailar. Bailarle y bailarme, a solas, olvidándome de esos silencios a los que me acojo para salvarme.

Qué puedo hacer yo cuando el silencio me viste del velo más inescrutable y me tatúa de palabras el alma, que nadie lee, que nadie sabe. Me visitan todas esas cicatrices y me convierto en cuatro paredes que, invisibles, sostienen todo aquello que nació para divagar entre paseos confusos por un infierno interno y meras probabilidades de salir, afuera, donde rápido todo se enfría, donde nadie se para a escuchar...
un silencio, una palabra...

Unodelosmuchostrozosdelosqueaprendídeestapelícula.





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martes, 7 de junio de 2011

Mujer.

Las mujeres somos un fuego que nunca se apaga.

Somos capaces de batallar entre silencios y rayos y darnos la vuelta con una sonrisa.
Además de haber estado largo tiempo silenciadas e invisibilizadas por pequeños pies que se creyeron demasiado grandes, supimos gritar cuando hizo falta y salir, como espejismos, de las situaciones más difíciles tirando así por la borda de lo absurdo esa fragilidad a la que le pusieron un sexo igual al nuestro.
Estoy segura de que todas tenemos a nuestro lado alguna heroína que luchó contra las dificultades de ser mujer, en unas circunstancias u otras y ahora son arrugas sus espadas de tiempo.
Estoy segura de que todas llevamos dentro esa heroína que aún no se reconoce en el espejo.
Por ello y por todas esas mujeres que cada día luchamos por la igualdad y que cada pequeño paso hacia ella supone un triunfo quiero brindar este homenaje a todas aquellas que no tuvieron tanta suerte.


                     No podía ser de otra manera; este también es un homenaje a mi mami.



Tampoco podía faltar este espacio dedicado a eternizar pequeñas historias de grandes mujeres, en la actualización de hoy. Creo que merece la pena dedicar unos minutillos...  http://www.slideboom.com/presentations/361140/Concurso-de-fotograf%C3%ADa-2011-del-Instituto-de-la-Mujer

viernes, 3 de junio de 2011

Diario de una vida.



Hoy voy a sostenerme en el cielo de mi libertad, huyendo del equilibrio de los funambulistas que ocupan las aceras de la prisa, con maletines llenos de calcetines agujereados de trampas y estafas. Y hacerme una casa de todo lo que me hace volar, para no perder de vista nunca el camino que voy dejando trazado mientras aprendo sintiendo. De flores silvestres me haré un catalejo, por donde sólo pueda ver el viento, y escuchar los olores de quien preparó un picnic musical para merendar.
Si correr me sirve; correré, pero no hacia el pasado. Quizás viva de utopía, y se rían, ajenas, las voces ajenas de tanta fantasía, pero forjo así lo que quiero y hago y deshago de esta primavera en la que me olvido de Enero.

Si escapar fuera tan fácil, moriríamos de aburrimiento en el intento.




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