Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

martes, 29 de marzo de 2011

Y de entre todas las cosas, tengo ganas de que me despiertes el alma, que dormidas ya multitudes placen.
Y me hagas bailar en una habitación desordenada donde nadie mira. Que sonrías, que sonría.
Que sea el Miércoles el final del envoltorio donde casi puedo ver el regalo, y me olvide de los Lunes, y de las lunas que pasé esperando.
Me mires y vea que el camino es demasiado corto, que la vida se puede mirar por una mirilla de mentira.
Que el sol se fijó eterno en mi ventana, y si llueve, sepa encontrar los restos de sus rayos enredados en mi cortina, como secretos móviles colgando del cantar de la lluvia.
Quiero hacer de cada día una fotografía, para no olvidarme nunca de sonreír, para no olvidarme de olvidar el camino si viene la rutina.



Ya huele a primavera :)

jueves, 24 de marzo de 2011

Somos parte de un impulso, tantas veces... de un miedo gratuito o una alegría repentina, que nos permite pasar de página, casi como de pronto llegar a un amanecer.
Hay días en los que nos creemos capaces de cambiar cualquier vida, y otros en los que nos rodeamos de una mirada incapaz de ver nada. Me abruma el misterio de la soledad de los sentimientos...
Eduard Punset decía algo así como que, a lo largo de nuestra vida, tenemos unas cien personas importantes, no sé si querría referirse a imprescindibles, pero sí. Personas que, entre familia, amigas y amigos, son los que nos ofrecen esa confianza o ese acompañamiento en el sentir, para sobrevivir a este mundo extraño y tan loco a veces.
No sé, pues, porque, tantas veces, nos sentimos en soledad.
En realidad creo creer que necesitamos escucharnos, hablarnos, mirarnos por dentro, sin filtros, sin miedo. Darnos cuenta de que amanecemos y atardecemos y, aunque en muchas ocasiones la noche parezca llegarnos demasiado pronto, estamos protegidos por un brillo que es sólo nuestro.
Nos cuesta, entre tanto ruido de inercia, encontrarnos y creer en quiénes somos, conocernos y sabernos, pero quizás sólo sea cuestión de buscar en la proyección de todas esas cosas que nos hacen sentir vivos; esas personas a las que adoramos, esos trozos de mar que nos levantan de un naufragio fugaz, el tiempo que ganamos en esas pequeñeces que nos hacen sonreír, mirarnos en el espejo de alguien donde se entrelazan nuestras manos, y vernos. Ser valientes al tiempo y aguardarnos de todo lo innecesario en un bunker de chocolate a media tarde.





Estoy harta de ver caras tristes; empecemos por volar.

jueves, 17 de marzo de 2011

Masculinidades.

Puede resultar paradójico que, estudiando un Máster en Género e Igualdad y declarándome feminista, no desde ahora, sino desde siempre, aunque ahora puedo declararme coherentemente como tal, ya que es ahora cuando realmente comprendo qué es el feminismo, comience hablando en este rinconcito mio sobre las "masculinidades"; ese espacio donde se desarrolla la construcción social de género que quedó encasillada para los hombres.
Pues esto, realmente tiene su lógica.
Pienso que es preciso ahondar (y esto es un enfoque global de mi filosofía de vida, no sólo con el feminismo); sumergirnos entre esa tierra que cubre las raíces donde se encuentran tantos por qués entrelazados y complementándose para crear la sombra de un árbol que sólo tiene espacio para cobijar al sector masculino, quedando históricamente, pero no eternamente para disgusto de muchos, relegadas en un segundo plano.
Y ahondando, ahondando...quisiera hablar de las masculinidades. Sí, en plural; ya que no existe una única forma de entender la masculinidad. Esta masculinidad ha sido un hecho social que ha propiciado que los hombres hayan vivido sus masculinidades en función de unos roles establecidos, los cuales siempre los han colocado en el primer puesto; privilegiados, en el poder en todas las esferas de la vida, con la fusta de la sumisión hacia las mujeres, perfilando esa jerarquía que los dejó siempre en el pico del iceberg. Pero sepan que ésto, a pesar de  ser un rascacielos gigante de privilegios para ellOs, también ha supuesto una serie de restricciones en su universo emocional que, en la mayoría de ocasiones, no les ha dejado desarrollarse como personas con necesarios sentimientos de debilidad; no les dejó expresar sentimientos como el miedo o la tristeza, recordando esa tan explotada frase de "los niños no lloran", reduciéndose tales formas de sentir a sentimientos de ira en los que, en mayor o menor medida, delimitan ciertos rasgos de violencia que caracterizan en mayor medida al género masculino.
Es por ello que me pareció de verdadero interés para la intervención: herramienta necesaria que ha de llevarse a cabo desde, incluso antes de nacer, este fragmento del libro Feminismo para principiantes :

"Es necesario explicar a niños y jóvenes que ser hombre no impide ser dulce, sensible o cariñoso y enseñar a los niños a atender sus necesidades domésticas y a compartir responsabilidades en el hogar. Enseñarles a cuidar y no sólo a proteger a los demás. Ayudarles también a reconocer el dolor y las angustias, a expresar los sentimientos y pedir ayuda, a buscar apoyo y consejo. Aclararles que no necesitan demostrar que son fuertes, valientes... y que tampoco es realmente importante no serlo demasiado. Y decirles que la heterosexualidad no es sinónimo de masculinidad ni motivo de orgullo, ya que en el mejor de los casos sólo es la expresión de la orientación del deseo sexual. Insistirles en que hay que pedir permiso para tener contactos sexuales y aceptar las negativas. Porque no es cierto que un no es un quizás y un quizás, un , si insisten (...)."






Y cada día con más fuerza para que esto deje de ser cosa de idealistas.



martes, 15 de marzo de 2011

El mundo*

Quisiera hacer un regalo, para todas aquellas personas que andan algo perdidas en el respirar hirviente de las aceras, con su mochila llena de ganas de vida y vacía de temor por las derrotas ganadas para sus cicatrices de mentira.
Es como un himno, o un destino de lunes por la mañana, un discurso de sabiduría para la necedad, e incluso tal y como es capaz de narrar uno de esos suspiros sólo nuestros; para no ser contados. Un grito para el desdén o un despertador del alma.
Es un regalo que no es mío, aunque lo hice mío, y lo abro cada vez que encuentro un eco que me habla del vacío. Se trata de un cuento que transmite una particular visión del mundo:

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado,desde allá arriba, la vida humana. Dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso. Reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende .
 
-Eduardo Galeano-

Suerte.

domingo, 6 de marzo de 2011

Otro Domingo más...

A veces, cuando el ruido de una maleta se convierte en un asesino, mueren los instantes que pasean por otras aceras, perdiéndose el rumbo por el camino, mirando a través de una ventana un cielo triste que encapota el kilómetro cero donde estarás ausente para no estar. Tú, y nosotros. Y todo lo demás que nunca importa pero nos reconoce bajo una tarde de Domingo, en cualquier sitio, a cualquier hora, agarrándonos fuerte al tiempo, con la esperanza más recóndita entre el tacto de unas manos que anuncian no perderse nunca...







Una red que ata naufragios y vendavales nos espera, tejida con latidos y, entre nieblas y claros, forjado nuestro camino para hacernos fuertes, para ser esos valientes que se cuelan por miradas de miedo, sin miedo.






viernes, 4 de marzo de 2011

Escapar con palabras.

Verde es el eco de las olas de mar que derriban mi calendario.
Sueño que son rutina los olores a sal y gaviotas sobrevolando el faro que alumbre lo que nadie ve y siempre está.
Necesito de palabras de arena y verdades que no queden en las profundidades, verdades que, como piel de la superficie, me cubran el alma y acaben con los dolores que el mundo llora y esas personas que no son personas confunden con sonidos de claxon y locomotoras.







Descansar del galope entre ruinas, de las máscaras, de quién no quiere ver, del fuego que nunca ardió dentro un corazón, de las cenizas que, con sus resquicios, llenan de cielos grises las vidas, las plantas de mentira, los besos de protocolo y los cementerios de valores cada vez que sube la bolsa del petróleo.
Mientras, me aterra saber que la utopía siempre existirá mientras haya humanos al mando...


Menos mal que el Derecho de soñar nunca se pierde...



miércoles, 2 de marzo de 2011

Mi hermana.

Mi hermana.
Seguro debió ser de lo primero que vi tras ver la luz.
Siempre, siempre, está cerca de mi, aun pareciendo existir miles de calles entre nosotras, ella lo está.
Disfruta, de Lunes a Lunes, con sus manos en la masa, y cocina así días de rayos dulces, intercalando noches saladas, celebrando el aniversario de nuestras vidas, cada día.
Una mezcla entre chocolate y canela, ella.


El Domingo cumplió otro invierno más y quisiera guardarle un trozo de este rinconcito mio en donde, no podía faltar ella por aquí.
Y como una vez ya le dije: "Si me pusiera a describir, definir qué es ella para mi, o por qué es tan importante esto se haría tan largo que un "tequiero" se quedaría minúsculo."














Este enlace, dedicado en su día para ella en especial. También para todas las mujeres que se sientan identificadas, y para las que no :)