Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

viernes, 30 de diciembre de 2011

Deseo siempre desear*




Barnizar tu vida de colores, adornar los momentos de autenticidad. 
Ser un motivo más.
Volcarme de amor, llenarme de vida.
Hacer de cada mañana una escalera hacia el cielo. 
Ser el viento que dibuje tu sonrisa.
Rebosar de un infinito por donde se cuela la felicidad.
Feliz vida a tod@s y prospero día nuevo, cada día*

domingo, 25 de diciembre de 2011

Los portadores de sueños -Gioconda Belli-




Feliz vida a tod@s*

Os dejo con uno de mis poemas favoritos, de la grandiosa Gioconda Belli, para que os acompañen en estos días especiales y lo guardéis como un legado para el resto de vuestra vida.



En todas las profecías
está escrita la destrucción del mundo. 
Todas las profecías cuentan 
que el hombre creará su propia destrucción. 
Pero los siglos y la vida 
que siempre se renueva 
engendraron también una generación 
de amadores y soñadores, 
hombres y mujeres que no soñaron 
con la destrucción del mundo, 
sino con la construcción del mundo 
de las mariposas y los ruiseñores. 
Desde pequeños venían marcados por el amor. 
Detrás de su apariencia cotidiana 
Guardaban la ternura y el sol de medianoche. 
Las madres los encontraban llorando 
por un pájaro muerto 
y más tarde también los encontraron a muchos 
muertos como pájaros. 
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas 
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos 
por un invierno de caricias. 
 
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de sueños, 
atacados ferozmente por los portadores 
de profecías habladoras de catástrofes. 
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías 
dijeron que sus palabras eran viejas 
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso es antigua 
en el corazón del hombre. 
Los acumuladores de riquezas les temían 
lanzaban sus ejércitos contra ellos, 
pero los portadores de sueños todas las noches 
hacían el amor 
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas 
que no sólo portaban sueños sino que los 
multiplicaban 
y los hacían correr y hablar. 
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida 
como también había engendrado 
a los que inventaron la manera 
de apagar el sol. 
Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos 
pero en los climas cálidos casi parecían brotar por 
generación espontánea. 
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales 
tuvieron algo que ver con esto. 
La verdad es que como laboriosas hormiguitas 
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir 
hermosos mundos, 
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se 
llamaban compañeros, 
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban 
en las muertes, 
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban 
en el arte de querer y en la defensa de la felicidad. 
 
Eran felices en su mundo de azúcar y de viento 
de todas partes venían a impregnarse de su aliento 
de sus claras miradas 
hacia todas partes salían los que habían conocido 
portando sueños 
soñando con profecías nuevas 
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores 
y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe. 
Por el contrario, los científicos diseñarían 
puentes, jardines, juguetes sorprendentes 
para hacer más gozosa la felicidad del hombre. 
Son peligrosos 
-imprimían las grandes rotativas 
Son peligrosos 
-decían los presidentes en sus discursos 
Son peligrosos 
-murmuraban los artífices de la guerra. 
Hay que destruirlos 
-imprimían las grandes rotativas 
Hay que destruirlos 
-decían los presidentes en sus discursos 
Hay que destruirlos 
-murmuraban los artífices de la guerra. 
Los portadores de sueños conocían su poder 
por eso no se extrañaban 
también sabían que la vida los había engendrado 
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías 
y por eso defendían su vida aún con la muerte. 
 
Por eso cultivaban jardines de sueños 
y los exportaban con grandes lazos de colores. 
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches 
y días enteros 
vigilando los pasajes y los caminos 
buscando estos peligrosos cargamentos 
que nunca lograban atrapar 
porque el que no tiene ojos para soñar 
no ve los sueños ni de día, ni de noche. 
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños 
que no pueden detener los traficantes de la muerte; 
por doquier hay paquetes con grandes lazos 
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver 
la semilla de estos sueños no se puede detectar 
porque va envuelta en rojos corazones 
en amplios vestidos de maternidad 
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres 
que los albergan. 
Dicen que la tierra después de parirlos 
desencadenó un cielo de arcoiris 
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles. 
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto 
sabemos que la vida los engendró 
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.
 

lunes, 19 de diciembre de 2011

A veces se me duermen las alas...

Mi ventana; un lienzo donde arden los sueños cuando cae el sol. 15.12.2mil11

Continuamente me pregunto de dónde me crecieron estas alas.


En tardes como ésta; en donde todo parece tan fácil como sacar los sueños a dorar a la ventana, olvidando que puedan caer como un reflejo débil de lo imposible, viajan por mi mente todas las cosas que guardé para mañana en el cajón del quizás.
Me invade la fuerza y abro la ventana donde guardo los miedos, para que se dejen volar con el viento. Que de tan poco quererme me crecieron mil obstáculos de la sinrazón y me arrancaron de los dedos la libertad de pensar en la posibilidad de poder saltar al vacío sin envolverme de mi propio cataclisma.
Y harta de caminar con arena en los bolsillos, impotente de este mundo, equivocada de sociedad, me abrazo a la posibilidad de un cambio; un trasplante general de corazón a esta humanidad de sentidos tapiados.
Llegan, entonces, los días en los que trabajo engrasando lo oxidado de los corazones, casi sin darme cuenta.
Pero, sin embargo, hay otros en los que me apago para ser un corazón oxidado más.

Encontrarmesinlospasosporsegundavez

domingo, 11 de diciembre de 2011

Otro invierno*


Cae el invierno y arden inquietos los sueños cuando rompe con fuerza la noche, adelantándose a las ganas.

Quizás seamos un mapa de huellas por donde las estaciones nos sellan anhelos, a pedir de boca, siempre de lo que somos cuando nos dibuja y nos convierte el tiempo.

A mi el invierno me esconde las ganas.
Me vuelve cebolla arropada de excusas para no mostrarme, para evadirme de todo y de nada, pero también me hace mirar por la ventana e imaginar, ver que no todo es tan gris como los cielos cansados de hacer de su risa la luz.

Guarda, la parte acristalada y polar de este ciclo de tiempo, los pasos de baile de mis pies, descalzos, para andar de puntillas por esos retos que parecen tener cuerpo de hielo y mirada imposible de afrontar. Me vuelvo más fuerte, aunque esté más pequeña y escriba más silencios contados al viento.
A mi el hielo me funde los sentimientos. Prendo más fuerte y miro más por dentro. Observo de cerca todo lo que te hacer sentir frío y paso largo tiempo queriendo convertirme en tu abrigo.

Soy yo, otro invierno.


"Elbaileveníadeadentroyasíseinventabanlosmodos..."

domingo, 4 de diciembre de 2011

Hablamos tantas veces de la luz, nos perdimos en silencios, buscamos entre el fuego que ardía bajo la suela de nuestros sueños.

Nunca antes había guardado tantas postales con el sello de tu sonrisa.

Levité en el tiempo, cuando prometiste regalarme amaneceres mientras el resto del mundo huía de nosotros; ahora éramos los locos.Y los atardeceres se apagaban lentamente por vernos brillar en unas miradas, que no sabían que eran nuestras.

Tren de vuelta a casa. Viernes 2 de Diciembre.


Cuántos desiertos llovieron por aprender a echarte de menos.

Y ahora, mientras viajo en un tren con vapor en los sueños, veo nuestro camino sin final reflejado en las vías. Y no importa si existe un tiempo que nos hace latir, pues siempre me mantendrá a flote lo que vivimos, aún cuando pierda el rumbo y todo parezca oscuro...seguiré escuchando tu música naranja, para pintarme el cielo de azul.

Diciembre*