Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

lunes, 21 de abril de 2014

Lluvia*

La lluvia estaba a punto de llegar y a mi me pillaba sin paraguas como siempre, y también como nunca. Esta vez andaba más perdida de lo habitual, llevaba varias noches sin dormir, algunas por derroche de mi yo más alegre; derramada entre celebraciones, retazos de alcohol y amigos de risas grandes que emanan felicidad tal y como lo hace un dragón con el fuego. Las otras, porque el sueño llevaba bastante tiempo escapándose de mis manos, las que siempre lo sostuvieron como un tesoro intenso, como amigo que sujetaba los parpados para soñar que dormía en otra vida.
La lluvia, de color triste y desnudez que moja, me regaba los sueños, los recuerdos y la facilidad para rodar como una peonza en todas esas cajas cerradas de tiempos pasados, también me hacía cuestionarme hasta cansarme, de modo que cada pregunta crecía por debajo de la manta y se enfocaban las dudas en las películas sin guión que proyectaban las tardes de lluvia más tristes de la tierra.
A veces, ni siquiera hacía falta que el cielo se irritase para dar de comer a mis miedos, yo siempre tuve esa facilidad innata en cada paso. Siempre se me tambalearon las decisiones y viví un poco en la inercia de mi sentir, que andaba jodiendo sin piedad y provocando accidentes a través de su carcasa hipersensible. Así fue también como se vio mermada mi adaptación social dentro de este caos de intereses que cuelgan de ombligos divinos y aprendí a sobrevivir entre el óxido y el hielo.
Esta es la historia de mi Big Bang particular, datado en una tarde de lluvia, hace tantos años como parpadeos miden mi vida. De ahí surgí yo: de la desidia del agua que viaja desde el cielo y el olor que se aferra a las aceras como si nunca fuese a acabarse el Otoño, de las ganas apagadas por truenos inmortales, de las décimas de segundo en las que alguien se enamora sin piedad al asomarse a la ventana y mirar a través de lunares de agua como se baña el mundo.
De nuevo, comienzo a llover.

Yhacerdelcaosunarte...