Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

martes, 23 de abril de 2013

Letras para oxigenar la mente.

Desde bien pequeñita quise ser, por orden cronológico, escritora, astronauta, bailarina, actriz, psicóloga, periodista y educadora social. En esto último es lo que finalmente me convertí, o al menos para lo que he estudiado y me he formado, aunque me atrevo a decir que daría lo que fuese por ser un poquito de todas esas cosas que fui deseando y que el tiempo no se ha llevado, como acostumbra a hacer con esas expectativas que acabamos desechando por ser no factibles.
De un tiempo a esta parte quiero ser más práctica, con menos pájaros en la cabeza, un poco peor persona y más ambiciosa. Estamos trabajando en ello, que dirían. No sé si lo lograré.
Lo que está claro es que siempre tuve una capacidad de soñar elevada. Me atrevería a reconocer que a veces siento que no existo entre la multitud porque siempre ando imaginando, pensando, creando historias y situaciones que no son reales. De ahí, quizás, mi despiste y por qué no, introversión en algunos casos.
Así que los libros para mi fueron un paraíso de sueños, ese atrezzo que vestía mi imaginación y me llevaba volando a los infinitos de otras mentes. Fueron mi soporte con el tiempo, unas veces más presentes, otras menos, pero siempre he ido aferrándome a alguno en mi camino, siempre tomé mis sueños y comprobé que existían personas que también soñaban en letras e imaginaban en historias que nos emocionaban a otras miles.
*Imagen extraída de la red.
Me gustó pensar el porqué de las historias que iba leyendo, qué les había llevado a las personas que lo escribieron a hacerlo, qué había sucedido en sus vidas para acercarles a esos desenlaces, tan distintos en cada una de esas páginas que llegaban al final.
En definitiva, doy las gracias porque los libros nos oxigenen con su vida, con sus vidas. Porque hagan crecer las nuestras y porque sean esa coraza que tantas veces nos sirva para escondernos a soñar un rato, a disfrutar y a sentir el placer de volar a otra parte, con la música escrita en una partitura diferente.

¡Feliz día del libro, felices libros que marcan las páginas de
nuestros días!

viernes, 19 de abril de 2013

Cráteres*


Siempre fui de canciones. De eternizar momentos con personas que hoy figuran en mis postales del alma.
De no olvidar. De estar en un lugar y que me lleve hasta alguien. De perderme mirando el mar y saber que mi planeta no es la Tierra. De sacarte lo de adentro, de hacerte olvidar lo de afuera. De sumergirme hasta el fondo en pensamientos que, de tanto sentido en mi infinito, me vuelven una sinsentido en cada segundo real.

Tengo el corazón lleno de cráteres que hicieron explotar al calendario, hoy no sé en que día vivo sólo que puedes ver en mis ojos cada segundo vivido.Y si te canto al oído te llegarán, a trocitos, cada uno de mis verbos en pretérito imperfecto del verbo amar y, con un tiempo desafinado a la vida te empujaré a besar.