Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

lunes, 29 de octubre de 2012

"Let the sun shine..."




Puedes pedirme, si quieres, que te enseñe el infinito, porque sé como caer en él cuando me enredo en lo espumoso del tiempo centrifugando en en el mar.
Puedes, también, preguntarme por la belleza y te diré que mi piel es tan susceptible a ella que soy capaz de encontrarla hasta en el más recóndito lugar; porque tengo manos en el alma y ojos de retinas dactilares.
Incluso, a veces, me elevo por encima de todas las cosas cuando el cielo le llueve al mar para poderle tocar.
Puedo hacerte un poema del estruendo de tu voz cuando, libremente, acaricias al mundo con tus palabras.
Y cuando nadie mira, vuelo alrededor y encuentro tantas pequeñas cosas que, apiladas como botones, cosen a la vida para desabotonar el hastío de lo inerte.
Cuando siento a través de los ojos, todos los relojes marcan el mismo tiempo y parezco estar congelada en el mismo lugar que, a su vez son todos y ninguno que no sea lo más profundo de mi.
Me encanta esta sensación.
Me encanta estar viviendo.


Soletthesunshine..


lunes, 22 de octubre de 2012

Pensamientos descalzos*

Play.
Suena "Olor a Mandarinas" de Zahara y me siento en una escalera con escalones, literalmente, al mar.
Me siento en el último, quito mis sandalias y me remango el pantalón. Tímidamente, rozo el agua con mis pies; -¡qué fría!- pero en unos segundos me encanta esa sensación y, con los pies inmersos, revoloteo con  ellos en el agua como una gaviota hambrienta que busca a peces sin alas que llevarse a la boca.
Y me gusta, me encanta. Tanto que acabo mojándome hasta la mitad de mi pantalón.
Miro el movimiento de mis pies y veo a mi lunita zambullirse en el agua, qué a gusto está y me pregunto cuánto tiempo llevo tatuada la luna en el alma. -Siempre; toda mi vida- atino a contestarme. Porque soy ese reflejo de todas y cada una de sus etapas; unas veces tan llena, otras tan vacía...y otras transeúnte, a tientas, de sus transiciones.
Ahora sí, hago memoria sobre cuánto tiempo la llevo en mi pie. Quizás cinco, seis años... entonces recuerdo perfectamente esa tarde de Febrero y esos nervios, esa cara de cría asustada que hoy sigo manteniendo intacta a la hora de afrontar mi "miedo incontenible" a... ¿todo? Recuerdo también, justo antes, la tila en ese bar de Murcia que tanto me gustaba, ese "Revolver" donde nunca, excepto ese día, tomé otra cosa que no fuese cerveza. Recuerdo que era más joven, pero tenía los mismos pájaros en la cabeza que hoy, aunque no sabía que, más tarde, a algunos los dejaría volar.
Y vuelvo de nuevo a mirar mi luna en este mar griego donde nunca antes habría imaginado estar y, es entre este entresijo de pensamientos, cuando me invade la nostalgia y soy consciente de los cambios que, sin darme cuenta, fueron tachando los días del calendario.
Pero esa nostalgia esta vez no es tristeza y se convierte en un reflejo de mi consciencia en el mar. Azul, como es mi sueño, azul como podría ser esta realidad donde caben todos los colores.Viviendo en otro sitio que ahora se convierte en mi lugar y puedo ver como la vida está llena de etapas que, del mismo modo que les ocurre a las cebollas, nos cubren de capas que a veces nos hacen llorar. Unas veces de tristeza, otras de felicidad.
Me gusta recorrer con el pensamiento ese camino que me llevo hasta aquí, hasta hoy. Y en el intento de tocarlo o dibujarlo, como si mis dedos nunca hubiesen olvidado la manera de construir castillos de arena, siento como es imposible acapararlo y ponerlo sobre la mesa del ahora, como todo eso hoy es el puzle intrínseco de quién soy, como todos esos momentos hicieron que ahora, este lugar sea la pieza que encaje exactamente en este momento.
Ahora sí, llegó el momento de secarse los pies y recoger los pensamientos. Me pongo mis sandalias, me levanto y, de espaldas al mar, aprendo con certeza que nunca habrá un sitio como mi verdadero "hogar". Por eso, cada día, encuentro un momento para escuchar esta canción y volar para abrazar mi hogar: DenuevoenpalabrasdeZahara.



martes, 2 de octubre de 2012

De brazos abiertos*


De nuevo, planeando por aquí.
Sin encontrar respuesta, porque encuentro demasiadas.
Sin rumbo, planeando sólo hasta lo profundo y viendo llover mientras sale el sol.
Oliendo mariposas en blanco y negro y mirando el flotar de cuervos de colores por la ventana.
No me creo capaz de poder tender todo esto algún día al sol de los recuerdos. No quiero abandonar al tiempo, que me mece y me cuida en su primera vez. Que me desnuda en la soledad de un espacio lleno de todas las formas a las que se expone mi alma, ahora funambulista en todos sus caminos.
No sé explicar, porque sólo siento en latidos inexplicablemente eternos.

Y si la felicidad me pregunta, sólo le respondo con una sonrisa de brazos abiertos.