Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

martes, 20 de noviembre de 2012

Thessaloniki, mi amor.




Caminaba segura de que era lo más cercano a volar; no me miraba los pies, pero podía sentir como mis huellas iban planeando sobre un destino incierto de calles barridas por sueños de colores.
Sentía como, incluso, la decadencia era un faro que me alumbraba ese punto del mundo donde me encontraba, y me gustaba, y disfrutaba de ella.
Podía leer todos esos pensamientos que, de la mano, le hablaban al ruido de la ciudad. Desde lo más absurdo hasta lo más profundo escondido en los ojos de alguien a quién, como a mi, le crecía la vida soñando.
Me paraba en cada punto minúsculo que me llamaba y escuchaba la textura de mi risa por dentro, era una mezcla entre lo reconfortante y lo difícil. Pero siempre fui feliz con tan poco, que ahora volar de esta manera me hacia estremecer de un sentimiento más vivo que nunca.
Podía observar entre ruinas lo roído del caminar de los otros, algo loco, como buscando lo que no les encontraba, como un reloj al que le costaba respirar. Y me encantaba. Me encantaba esa mezcla entre lo fugaz del hoy, con la supervivencia de los años, en diferentes escenarios que abrazaban libremente la ciudad, casi sin avisar.
La de personas que pasaron por allí - mi pensamiento constante - entre la verborrea de los árboles, la flexibilidad del viento flotando en el mar y lo bonito de la historia que se convertía en el más vivo presente.
Mientras, también pensaba en todos esos lugares que me quedaban por visitar en este mapa de días del que se compone la vida y del que se nutren los instantes más bonitos y fugaces, pero capaz de eternizarnos hasta ese punto de quedarte con un lugar en tu retina pestañeando algo infinito.
Así fue como me enamoré de Thessaloniki, una ciudad vestida de sencillez y quizás tan bella por ello y por  su falta de ruinas y su exceso de vida evaporándose en un ambiente joven y fértil, romántico y bello.
Volveré.

2 comentarios:

  1. Cuando se conecta con el alma de un lugar ocurre lo que te ha sucedido a ti ,las palabras brotan con una belleza y humildad deslumbrante.

    un montón de besos xa ti****

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  2. Que bueno lograr esa conexion especial con los lugares que visitamos!
    besos!

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