Porque quiero ser revolucionaria de mi propia vida...

martes, 31 de diciembre de 2013

Proposiciones indecentes para ocasiones no especiales*

Mi madre siempre recuerda cómo cada año, en este día y tras comer las uvas, mi abuela siempre se emocionaba muchísimo y lloraba con tristeza de despedir el año, después de que todo hubiese ido bien. Dice que le daba miedo la incertidumbre de lo que el nuevo año trajese con él.
A mí, que voy siempre sobrada de nostalgia, me pasa algo parecido. Siempre me levanto un poco triste y enfadada con el mundo en este día, porque lo de hacer balance me agita un poco por dentro y luego, lo bueno y lo menos bueno que el año ha traído, me tiene aturdida todo el día.
Pero lo cierto es que siempre me paro a pensar en qué puede pasar en los meses que vendrán y siempre, siempre, pienso lo mismo; sólo me basta con que la gente que quiero no sufra y sea feliz. Supongo que no pido nada diferente al resto, pero al final eso es lo que acaba por unirnos a las personas, finalmente el egoísmo se escapa por unos instantes y llegamos a la unanimidad de querer lo mejor para los nuestros.
A nivel personal hago balance sobre este año y siento que el tiempo ha volado tanto, que no recuerdo cómo empezó todo ni cómo está acabando. Casi me atrevería a situarme en un punto fijo y respirar con los ojos cerrados, mientras todo ha sucedido a cámara excesivamente rápida.
Pero si por algo podría caracterizarse este año, diría que ha sido en el que yo también volé. Quizás a tiempos diferentes que el tiempo, pero lo hice y hago especialmente hincapié en ello. Y lo plasmo siempre en mis escritos, en mis palabras, en mis actitudes, en mi día a día, porque ha sido una de las sensaciones que llevaba esperando toda mi vida. Algo importante. Algún día me gustaría contarle a alguien el verdadero significado de todo esto, aunque sé que quién me conoce bien puede saber de lo que hablo.
Este año me he propuesto hacerme proposiciones indecentes para ocasiones no especiales; atreverme a escribir ese libro que me hace feliz y vivirlo. Simplificar más las cosas, no tener miedo. Seguir guardando la esencia de lo imposible para emborracharme de ella y llegar a hacerlo posible. Quiero desperezarme de todo y luchar por lo que creo que merece la pena, sin que nadie me desanime.
Hacer feliz a las personas que quiero.
En definitiva, espero armarme de valor para vivirlo como se merece. Y que él me viva llena de vida...
Y a vosotr@s os animo a vivirlo con ganas, contra viento y marea. Por muy desfavorable que sea el viento, siempre encontramos como salir a flote y disfrutar.
¡¡Feliz "cada día" de todos vuestros días, haced lo que os venga en gana, que la vida es demasiado corta!!

Myway*


No hay comentarios:

Publicar un comentario